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Bicho

El susodicho haciéndose unos largos a espalda.

Empezamos la mañana advirtiendo en el techo del coche la presencia de un insecto de grandes dimensiones que se está dando un chapuzón en una de las múltiples gotas de agua dejadas por la lluvia durante la noche.

Nuestro primer destino del día es Phillipsburg, donde nos acercamos a un mercado de antigüedades y baratijas, el Historic Route 66 Mall, pero está cerrado, así que nos damos un breve paseo por la zona que incluye un establo enorme con vacas pastando.

Historic 66 Antique Mall. PHILLIPSBURG, MO.

Historic 66 Antique Mall. PHILLIPSBURG, MO.

Continuamos hacia Marshfield a través de un tramo precioso de la 66 pavimentado en un llamativo color ocre que contrasta con los tonos amarillos y verdes del paisaje. Tanta belleza con el estómago vacío no puede ser, así que nos paramos a desayunar en un Taco Bell, nos ponemos las botas y seguimos rumbo a Springfield (sí, en USA hay como 30 ciudades con este nombre, no son muy originales). Un cartel de Homer Simpson nos anuncia que nos aproximamos, pero por más que buscamos no encontramos la calle Evergreen Terrace, pero sí el castillo Pythian, que dispone de visitas guiadas temáticas.

Tramo de la Ruta 66 cerca de Marshfield, MO.

Tramo de la Ruta 66 cerca de MARSHFIELD, MO.

Pythian Castle. SPRINGFIELD, MO.

Pythian Castle. SPRINGFIELD, MO.

El castillo Pythian fue construido en 1913 por los Caballeros de Pythias. Posteriormente, el gobierno militar se hizo cargo de las instalaciones y las utilizó para custodiar a los soldados alemanes e italianos capturados durante la Segunda Guerra Mundial.

El edificio fue incluido en el Registro Nacional de Lugares Históricos en octubre de 2009.

En Springfield queríamos visitar la tienda de deportes más grande de Estados Unidos, la central de la cadena Bass Pro Shop. La palabra “inmenso” no es suficiente para describir un lugar que cuenta con casi 30.000 metros cuadrados de exposición. Sin embargo, lo más llamativo sin duda es la decoración, todo ambientado en plan naturaleza, con árboles, animales disecados, acuarios gigantes y numerosos elementos de agua. Una de las zonas más impresionantes es la dedicada a los artículos de pesca submarina, en la que se supone que estamos debajo del mar y el techo está decorado como si fuera la superficie del agua, con el fondo de una barca y peces colgando del techo.

Bass Pro Shop Outdoor World. SPRINGFIELD, MO.

Bass Pro Shop. SPRINGFIELD, MO.

Sección dedicada a la caza.

Sección dedicada a la caza.

Aguantando la respiración bajo el agua :)

Aguantando la respiración bajo el agua 🙂

Nos vamos de allí sin ver la tienda al completo porque tampoco queremos perder toda la mañana aquí. Seguimos la carretera hacia el que se ha convertido en uno de los puntos más carismáticos de la 66, la Gay Parita’s Sinclair Gas Station, a la salida de Springfield, una antigua gasolinera de 1930 restaurada por un viejo enamorado de la Ruta, Gary Turner. El tipo, jubilado ya, se dedica a recibir a los viajeros de la 66 y ofrecer un rato de charla a los que por allí se acercan.

Gay Parita's Sinclair Gas Station. PARIS SPRINGS, MO.

Gay Parita’s Sinclair Gas Station. PARIS SPRINGS, MO.

Pese a que aún nos quedan dos estados por recorrer y muchos kilómetros por delante, no podemos declinar su amable invitación. Lo acompañamos hacia la parte de atrás de la gasolinera donde nos esperan más viajeros en una especie de merendero, una pareja de escoceses con los que ya coincidimos en la oficina de alquiler de coches de Chicago, y una mujer y su hijo que también están haciendo la Ruta. Muy amablemente, Gary nos invitó a una cerveza Route 66, aunque de cerveza tiene poco ya que en realidad es lo que los americanos conocen como zarzaparrilla, una especie de refresco súper empalagoso sin alcohol. Las hay de varios sabores.

El mecánico de debajo del coche se debió quedar dormido hace muchos tiempo...

El mecánico de debajo del coche se debió quedar dormido hace mucho tiempo…

El excusado junto al antiguo garage de piedra.

El escusado junto al antiguo garage de piedra, un rincón con mucho glamour.

El caso es que pasamos un rato muy agradable charlando con Gary y el resto de viajeros. Desde luego, el entorno invita a tomárselo con calma. En general, el ambiente de la Ruta 66 es muy tranquilo y durante gran parte del viaje tienes la sensación de que circulas tú solo por la carretera, sobre todo en los tramos más alejados de la autopista. La verdad es que, en ese sentido, es un viaje único.

Finalmente, nos hacemos unas fotos con nuestros nuevos amigos de la Ruta y nos despedimos para seguir nuestro camino, todavía queda mucho por recorrer hoy…

Cerca de Spencer pasamos por un par de puentes de hierro oxidados por el paso del tiempo, que le confieren a la carretera un toque decadente muy atractivo.

Steel Truss Bridge. SPENCER, MO.

Steel Truss Bridge. SPENCER, MO.

Y llegamos a Kansas, por donde la Ruta discurre tan sólo a lo largo de 20 kilómetros, breve pero intenso. La 66 aquí debe ser lo único que mantiene los pueblos en pie porque vemos muchos edificios abandonados o directamente en ruinas en Galena. Hacemos una parada en el local 4 Women on the Route, una gasolinera reconvertida por cuatro mujeres del pueblo en bar y tienda de regalos. Aparcada en la puerta hay un camión remolque de 1951, el modelo en el que se inspiró Pixar para el personaje de la grúa Mate en su película ‘Cars’.

4 Women on the route. GALENA, KS.

4 Women on the route. GALENA, KS.

Pasamos por el puente Rainbow, en Riverton, el último de los tres puentes de sus características que existieron en la 66 a su paso por este estado.

A estas alturas, y tras la larga parada en la gasolinera de Gary, son las 4 de la tarde y aún no hemos comido, aunque tampoco es que tengamos mucha hambre después del breakfast que nos hemos pegado esta mañana. Pero en Baxter Springs decidimos comer algo aprovechando que paramos en el Cafe on the Route. La verdad es que el local no tiene nada que ver con el restaurante del día anterior, el Big Chief Restaurant. Yo creo que este se conserva tal cual estaba en los años 60; el mobiliario es muy viejo, pero os puedo asegurar que la comida está increíble, eso sí, con un alto contenido en grasas, calorías, colesterol… aunque después de un par de días por fin volvemos a comer algo de fruta.

Rainbow bridge. RIVERTON, KS.

Rainbow bridge. RIVERTON, KS.

Tras esta nueva parada volvemos a cambiar de estado y entramos en Oklahoma, y entre las localidades de Miami y Afton nos paramos en el lago de los Cherokees, muy bonito, una zona de asueto con varios campings y cientos de caravanas aparcadas.

El McDonalds más grande del mundo, en plena autopista.

El McDonald’s más grande del mundo, en plena autopista.

De allí ponemos rumbo a Vinita y nos metemos en la autopista de peaje Will Rogers Turnpike; la primera y la última. Pasamos por la cabina donde nos dan un ticket que tenemos que abonar cuando salgamos por otro de los peajes. Ok, decimos. En el camino la vía pasa por debajo del McDonald’s más grande del mundo; estos americanos, que obsesión por el tamaño… Vale, es muy grande. El problema surge cuando, no sé muy bien cómo, nos metemos por donde no nos teníamos que meter y nos vamos sin pagar. ¿Y qué pasó?, pues que de repente veo asomar por el retrovisor un pedazo de coche que pone Highway Patrol como los de las películas con barreras de protección en el morro para achuchar a los malos, ¡alucinante! Enciende las luces y nos hace señas para que nos apartemos al arcén. Me paro, me pide el carné de conducir (por cierto, me pide el de España, que lo tengo hecho polvo, al internacional no le hace ni puñetero caso) y nos dice que nos hemos colado por donde no era (cuéntame algo que no sepa, compañero). Me pide que me vaya con él al coche patrulla y mi mujer se queda acojonada en el coche, sin saber muy bien qué pasa.

Warning OklahomaEl caso es que me toma los datos y me dice que tengo un warning, como en el tenis. ¿Y qué demonios es un warning?, os preguntaréis; pues únicamente un aviso, no conlleva sanción económica ni nada. ¡Yujuuu! Ya respiro. Me pregunta si en España no tenemos de eso y le contesto que allí es a tocateja. El caso es que mientras me hace el papelito me cuenta que había visto en las noticias que en San Fermín habían herido a 2 ó 3 estadounidenses (hay que joderse, nos tiene que parar la policía para enterarnos de lo que pasa en España). Curiosamente, también me cuenta que había estado en mayo en Australia al ver la camiseta de AC/DC que llevaba puesta; no te jode, se creería que soy su representante. Con el buen rollo que imperaba me quedé con las ganas de hacerle una fotillo al coche patrulla pero no quise tentar a la suerte. Un par de días después le hice una a otro que había aparcado en la calle, para que os hagáis una idea de los bichos que se manejan…

Coche patrulla de Oklahoma. Tonterías las justas...

Coche patrulla de Oklahoma. Tonterías las justas…

Al final me dice que cuando salgamos de la autopista tendremos que pagar el peaje y, adivinad la cantidad: 25 centavos, es decir, unos 18 céntimos de euro… ¿tanta movida por esa cantidad? En fin, llegamos a nuestro destino, Claremore, y pillamos el motel, no sin que antes mi mujer me expresa su deseo de que este sea nuestro último encuentro con la poli, por la cuenta que me trae. Captado…

Route 66 Museum

Route 66 Museum. CLINTON, OK

Abandonamos la habitación del motel de manera precipitada tras nuestro primer contacto con la fauna local: una cucaracha del tipo “americanus vulgaris” del tamaño de un camión. Está claro que el alojamiento no era un cinco estrellas…

Rote 66 Museum, interior. CLINTON, OK

Route 66 Museum, interior. CLINTON, OK

Cruzamos la calle y entramos al museo de la Ruta 66. Cuesta 5 dólares por cabeza pero la verdad es que merece la pena. Es pequeño pero está muy bien ambientado. Las diferentes salas están organizadas por décadas y en cada una hay un pequeño botón en la pared que si lo pulsas suena una canción de la época. Al final del recorrido hay una sala de proyección donde se puede ver un video con la historia de la Ruta, desde sus inicios en los años 20 hasta la actualidad. A la salida, arrasamos con la tienda de regalos y arrancamos rumbo a Elk City, donde estuvimos en el otro museo de Oklahoma, el National Route 66 Museum, pero esta vez no entramos, nos quedamos por fuera en lo que se conoce como Old Town Museum Complex, una especie de complejo museístico al aire libre más inspirado en el Oeste americano que en la ruta en sí. La verdad es que siendo de Almería, los decorados tipo western nos resultaron bastante familiares…

National Route 66 Museum. ELK CITY, OK

National Route 66 Museum. ELK CITY, OK

En Sayre visitamos el Western Motel, cuyo cartel de neón está inspirado también en el Oeste, para continuar hacia Erick, donde visitamos el establecimiento que inspiró a Pixar para la tienda de regalos del pueblo de ‘Cars’ (John Lasseter, 2006). De hecho, la película entera es un homenaje a la Ruta 66 y desde su estreno está muy presente en cada rincón de esta carretera.

Western Motel. SAYRE, OK

Western Motel. SAYRE, OK

La verdad, es un placer conducir por estas carreteras, los americanos conducen muy tranquilos en general y no hay grandes acelerones ni adelantamientos bruscos como en España. Desde que salimos de Chicago no hemos oído ni un sólo coche pitar. Únicamente esta mañana ha sonado un claxon, era un perro que habían dejado dentro del coche con el aire acondicionado puesto y que se ha apoyado sobre el volante.

Sandhills Curiosity Shop. ERICK, OK

Sandhills Curiosity Shop. ERICK, OK

Tras pasar por el último pueblo de Oklahoma, Texola, nos adentramos en el glorioso estado de Texas. El panorama ha cambiado ya sustancialmente, ahora predomina en el paisaje un tono amarillento muy característico y los árboles han desaparecido casi por completo. Paramos en Shamrock para ver dos preciosas gasolineras de la 66. La Conoco Tower, restaurada y en funcionamiento en la actualidad junto a la cafetería U-Drop Inn, llama la atención por su arquitectura art decó (también sirvió de modelo para la película de Pixar); y la Magnolia Gas Station, conservada por la gente del pueblo pero ya fuera de servicio.

Conoco Tower Gas Station. SHAMROCK, TX

Conoco Tower Gas Station. SHAMROCK, TX

Magnolia Gas Station. SHAMROCK, TX

Magnolia Gas Station. SHAMROCK, TX

Seguimos nuestro camino hacia Amarillo y a un lado de la carretera vemos el famoso depósito de agua inclinado de Britten, construido así a propósito para atraer a los turistas.

cdUn poco más adelante pasamos por Groom, donde está la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, la más alta del Hemisferio Occidental (como dicen por allí, everything’s BIG in TEXAS). Nos acercamos a verla y es impresionante. Junto a ella hay una especie de santuario con una cascada artificial, además de una tienda de regalos cristianos, al más puro estilo de los mercaderes en el templo. Al salir, un señor mayor vestido con un polo azul inmaculado, pantalones cortos blancos, tenis y calcetines blancos hasta la rodilla se nos acerca y nos regala un misterioso cd de temática religiosa. Picados por la curiosidad, nos montamos en el coche y lo pusimos en el cd pero allí no sonaba nada, así que nos quedamos compuestos y sin sermón. Cuando llegamos a España lo puse en el dvd del salón y resulta que era un video de los republicanos en contra de la gestión de Obama, la bomba. La verdad es que llevamos poco en Texas pero ya hemos visto más frikis que en el resto de estados juntos.

La cruz más alta del Hemisferio Occidental. GROOM, TX

La cruz más alta del Hemisferio Occidental. GROOM, TX

Fuente de la Divina Misericordia. GROOM, TX

Fuente de la Divina Misericordia. GROOM, TX

Bug Ranch. CONWAY, TX

Bug Ranch. CONWAY, TX

Llegamos a Conway para ver el Bug Ranch, una imitación del famoso Cadillac Ranch que veremos mañana pero con VW Escarabajos.

Finalmente, llegamos a Amarillo, nuestro destino final del día, y entramos al archifamoso restaurante y motel Big Texan Ranch, creo que debe ser uno de los establecimiento más famosos de toda la Ruta. La verdad es que se lo han montado muy bien, aunque todo resulta un poco artificial y mucho menos auténtico que lo que hemos visto en la Ruta 66 hasta ahora. El restaurante es famoso por ofrecer el reto del solomillón: un filete de 2 kilazos de ternera gratis a quien sea capaz de comérselo en una hora con su correspondiente acompañamiento. Pocos son los que lo consiguen y muchos los que acaban en urgencias. Pese a que he estado entrenando estos días pasados, opto por un discreto segundo plano para no dejar en ridículo a los gordales que hay por el local. El caso es que aquí vemos por primera vez personas obesas, tanto hombres como mujeres, pero muuuuy obesas. Las raciones que ponen no son para menos. Para que os hagáis una idea, yo me pedí un filete de 21 onzas y acabé a reventar, y el que hay que comerse en una hora ¡¡es de 72 onzas!!

Big Texan Ranch. AMARILLO, TX

Big Texan Ranch. AMARILLO, TX

Big Texan Ranch, interior. AMARILLO, TX

Big Texan Ranch, interior. AMARILLO, TX

Para los que deciden acometer el reto del solomillón, hay una mesa especial sobre una tarima en el centro del salón con un cronómetro preparado para la cuenta atrás de 1 hora. Mientras estábamos comiendo un valiente se subió y estuvo engullendo durante un buen rato. Cuando nos fuimos le quedaban como 30 minutos, no sabemos si lo consiguió, pero la verdad es que era un tipo normal, no era el típico fanegas.

En fin, el caso es que con el buche lleno nos fuimos a dormir al motel, un Super 8, la cadena que más hemos utilizado en este viaje. Por cierto, aquí hemos hecho nuestra primera colada. En todos los moteles hay lavadoras y secadoras que funcionan con monedas de un dólar, muy práctico para lavar la ropa en ruta.

Grúas del Monte Carlo Truck Service.

Grúa del Monte Carlo Truck Service. ASH FORK, AZ

Grúa del Monte Carlo Truck Service. ASH FORK, AZ

Grúa del Monte Carlo Truck Service. ASH FORK, AZ

Hoy va a ser un día largo. La primera visita del día es el Monte Carlo Truck Stop, una antigua parada de camiones que parece abandonada, tan sólo quedan un par de viejas grúas. Además, un perro de mirada aviesa se acerca lentamente hacia nosotros así que decidimos retomar la marcha.

Con el susto todavía en el cuerpo, seguimos rumbo a Ash Fork, donde paramos a desayunar en el Ranch House Cafe.

De aquí nos vamos a la barbería DeSoto, cerrada y en venta, famosa precisamente por el coche marca DeSoto que hay sobre el techo a modo de reclamo publicitario.

La siguiente parada es Seligman, en cuya calle principal hay varios puntos de interés, aunque como en Williams, el negocio está servido. El pueblo está lleno de turistas, entre ellos muchos franceses, y vemos el famoso Snow Cap Drive In de Ángel Delgadillo, a tope de gente. En la misma calle hay también varias tiendas de regalos.

 

Angel Delgadillo's Snow Cap Drive In. SELIGMAN, AZ

Angel Delgadillo’s Snow Cap Drive In. SELIGMAN, AZ

De camino a Peach Springs, el pueblo en el que se inspiró Pixar para su Radiator Springs de Cars, vemos más mensajes Burma Shave, una tradición de la Ruta 66. Ya sabéis, los carteles secuenciales que se ponían a lo largo de un tramo de carretera con rimas graciosas para anunciarse.

Hacemos una parada en el famoso Hackberry General Store, auténtico icono de la Ruta a su paso por Arizona. Era un almacén donde los viajeros podían repostar gasolina y aprovisionarse de agua antes de cruzar el desierto hacia California. Ahora es una atracción para los turistas con un precioso Corvette de 1957 aparcado en la puerta.

Hackberry General Store. HACKBERRY, AZ

Hackberry General Store. HACKBERRY, AZ

Ejemplo de desert water bag.

Ejemplo de desert water bag.

Este era uno de los últimos puntos de venta de las desert bags antes de atravesar el temible desierto de Mojave, un elemento muy ligado a los desplazamientos en coche en Estados Unidos durante la primera mitad del siglo XX: unas rudimentarias bolsas de tela con agua que se colgaban del radiador para afrontar largas travesías por el desierto.

En Kingman pasamos por la torre del agua, con su inscripción de la Ruta 66, y por el Hill Top Motel, con su precioso neón rodeado de cactus.

Hill Top Motel. KINGMAN, AZ

Hill Top Motel. KINGMAN, AZ

Torre de Agua. KINGMAN, AZ

Torre de Agua. KINGMAN, AZ

Muy cerca estaba el Mr. D’z Route 66 Dinner; habría estado bien para comer, estaba muy cuco, al menos por fuera, pero todavía estamos digiriendo el burrito del desayuno (más bien, burrazo). Antes de abandonar el pueblo hacemos una parada delante del museo Powerhouse para ver la locomotora antigua Santa Fe que hay expuesta en la calle.

A partir de aquí iniciamos la subida a Oatman por un antiguo tramo de la 66 muy recomendable (ver video).

Locomotora Santa Fe. KINGMAN, AZ

Locomotora Santa Fe. KINGMAN, AZ

Al llegar nos encontramos con un antiguo poblado minero del Oeste con burros por medio de la calle. Resulta que cuando los mineros se fueron, dejaron a los burros que habían usado para el transporte de material… y allí se quedaron. Ahora pasean libres por las calles en busca de la comida que le dan los turistas, o rebuscando en los cubos de basura, muy fuerte. En la mayoría de tiendas se pueden comprar zanahorias para alimentarlos. Son como las vacas sagradas en la India, van por libre y nadie los molesta.

Burros en OATMAN, AZ

Burros en OATMAN, AZ

Cactus típico de la zona.

Cactus típico de la zona.

Al salir del pueblo casi me llevo a uno por delante. Giro la vista y veo a mi mujer que ladea la cabeza de lado a lado y suspira; la pobre no gana para sustos con tanto bichejo que se cruza…

En la bajada de Oatman vemos un tipo de cactus muy chulo que sólo se ve por esta zona, así que paro y le digo a mi mujer que se ponga junto a uno para una foto. De camino le digo que tenga cuidado con las serpientes y los escorpiones, a lo que se da la vuelta y me dice que le eche la foto a mi señora madre ¬¬

¡Y por fin llegamos a California! Es curioso como hemos pasado en pocos kilómetros de los cuervos de Arizona a las mariposas de California, que se van golpeando contra el cristal del coche conforme avanzamos por la carretera. Tras pasar por Needles, seguimos la Ruta 66 a través del desierto de Mojave, más de cien kilómetros sin ver un alma. Se me ocurre comentarle entonces a mi esposa “fíjate qué putada sería si pincháramos y tal”, y la verdad es que está hoy nostálgica, no hace más que acordarse de mi familia…

Desierto de Mojave. CALIFORNIA

Desierto de Mojave. CALIFORNIA

Aprovechando que no hay ni un alma por la carretera, Lourdes me pide probar el coche para ver cómo va el cambio automático. El caso es que no le gusta mucho conducir, así que me estoy chupando yo todo el viaje (pero con gusto, a mi me encanta). Jiji, jaja… las risas del principio se truncan cuando le pido que aminore un poco para echar una foto y le mete el pie hasta el fondo creyendo que es el embrague… por poco me como el cristal. Tras este pequeño incidente le he comentado que mañana si quiere se lo dejo otra vez para entrar a Los Angeles… Ante la cara de pocos amigos que estaba poniendo he decidido dejar los chascarrillos por ahora.

Roy's Cafe. AMBOY, CA

Roy’s Cafe. AMBOY, CA

En este tramo por el desierto prácticamente no quedan establecimientos ni gasolineras, por lo que hay que ir con el tanque lleno. Tan sólo nos encontramos con el Roy’s Motel & Café, un histórico de la 66 en medio de la nada, representante de la arquitectura Goggie que tan de moda se puso durante la era espacial en Estados Unidos.

Antes de abandonar el desierto pasamos por el cráter de Amboy, un viejo volcán extinto. La zona está plagada de montículos negros de cenizas fosilizadas que supongo que llevan allí bastante tiempo.

Amboy Crater. AMBOY, CA

Amboy Crater. AMBOY, CA

Tras salir del desierto, lo primero que nos encontramos es una gasolinera con los precios por las nubes. No sé si lo he comentado ya, pero en USA el precio de la gasolina puede variar más de un dólar por galón (3,8 litros), así que hay que mirar muy bien donde se reposta: donde menos gasolineras hay, más te clavan.

Tras pasar por el Bagdad Cafe de la peli, paramos a cenar en el Peggy Sue’s 50s Dinner, un restaurante estilo años 50 muy bien ambientado. Por cierto, la comida estaba muy buena.

Peggy Sue’s 50’s Dinner. BARSTOW, CA

Finalmente llegamos a Barstow, destino final de hoy, tras una intensa jornada. Como todo tiene un final, mañana llegaremos a la playa de Santa Mónica y daremos por concluida la Ruta 66 y, con ello, la primera parte de nuestro road trip por tierras estadounidenses.